viernes, 10 de abril de 2020

Diario del confinamiento

Pongo el escrito que le estoy escribiendo a mi médico, Lorena, os subo el menos personal:



DIA “Y” DE CONFINAMIENTO:

Ahora he decidido que no voy a escribir lo que siento a nivel anímico, si no lo que noto cuando salgo de casa en este estado de alarma. Las calles, los bares, las cafeterías, las tiendas… están todas cerradas, parece que las calles estén muertas, no se oye ni siquiera los piares de los pájaros, es tal la sensación de silencio que hay, apenas estamos los que sacamos a los perros a pasear; que con un tímido gesto con la mano o la cabeza nos damos todos por saludados. 
Hay que guardar el metro de seguridad. 
Habiendo gente que ha decidido llevar mascarillas y otros mascarillas y guantes para no tocar nada que les pueda contagiar. 


Cuando entras a cualquier tienda, ya sea estanco o de comida, de nuevo hay que guardar el dichoso metro de seguridad, incluso en la panadería hacemos fila india para comprar el pan y, entrar de uno en uno; además de lavarte las manos con el alcohol famoso y ponerse uno los guantes.
Hay mucho miedo.

Todos esos bombardeos que nos dicen en las noticias nos están emparanoiando a la gente de a pie, no tengo ni idea si de verdad la cosa está tan mal o, es lo que nos quieren mostrar para ocultar cosas más importantes, como pueden ser los 65.000.000€ que el Rey Emérito le ha dado a su quería Corinha.

Yo al principio iba con mascarilla, hasta que se me rompió, ahora estoy esperando a unas nuevas que llegan, se supone, el día once de abril, a ver si llegan a tiempo. 
Da mucho respeto el ver todo el planeta vacío, voy a hablar de donde he estado, en Madrid. Nunca en la historia se había visto la Gran Vía como se ve ahora, sin almas, sin gentes, sin coches, simplemente algún autobús urbano y escasamente personas; solo las que se dirigen a trabajar a los lugares donde el Gobierno ha decidido que son de primera necesidad, como son: tiendas de alimentación, estancos, hospitales, tanatorios y poco más. Aquí, aquí quería llegar, a los tanatorios, me resulta casi imposible de entender que no se puedan velar a los seres  queridos en el crematorio o en los nichos, solamente dejen entrar a tres familiares, mientras que en las televisiones (la mayoría sensacionalistas) dejen entrar a nueve colaboradores. ¿Es más importante un puto programa que una despedida de un familiar, amigo, vecino? Parece qué sí, de nuevo detrás de todo esto se encuentra el dinero, esos sucios billetes que ganan la gente que ni siquiera tiene estudios algunos, solo por ser pretendientes de MYHYV o por acostarse con fulana o mengano hagan tal cantidad de dinero en tan corto periodo de tiempo. Tendríamos que mirar esto desde la perspectiva de un sociólogo; … por no hablar de los futbolistas..., cuando se han dado cuenta que son muchísimo más importantes los investigadores que veinte desgarra mantas pegando patadas a un balón. Muchas veces con el fútbol nos han dejado en silencio pero esta vez no, de hecho se han suspendido todos los partidos en todas las ligas.
Hace ya un tiempo, ahí por el año 2008, con la primera crisis cuando el banco más importante de EE. UU.Lehman Brothers fue a pique, mientras que en el país anglosajón tenía un catarro, en Europa teníamos una gripe del copón, lo que llevó a muchas tragedias, desahucios de pisos, gente pidiendo en el Banco de Alimentos y una parte importante en casi la extrema pobreza. 
Espero que cuando se termine el confinamiento no volvamos a encontrarnos en la misma situación. Va a ser difícil, sí, pero entre todos saldremos adelante echándole dos pelotas, no hay mayor ayuda que la de nuestros semejantes y entre todos lo solucionaremos.
Cuando esto termine lo mas seguro que haya una crisis económica, social y médica.
Todo se verá.
No he subido a lo viejo de Pamplona pero por las fotos que he visto está vacía, desolada lo único que se escuchan es alguna paloma intentando fornicar con otra, no hay coches, no hay gente repartiendo y se encuentra todo cerrado y el sonido es nulo. De nuevo el sonido de la muerte.

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